Parando en este punto, quizá claro oscuro, averiguo el entorno de un taladro
moribundo, que va como sumergido, a encontrarse con este aparatoso minuto, y
aunque abandonado del todo, continúa su andadura por lo extraño, emitiendo
alaridos concretos. Sin embargo, la escapatoria que alberga esperanzas, ya no
rectifica y deja abiertos campos, como esquemas momentáneos que rotos desvían
hallados los últimos restos de un naufragio. Al fondo, bajo una perceptible muralla, los alaridos vuelven a tornarse,
degenerando en huellas. Intuyo que ya no es silencio lo que toca el suelo.
infinitud, últimamente
sábado, 27 de abril de 2013
Una noche
Estando
muerto
deliberas
actos
golpes
de cara
al
rostro.
Y no
hay más
necesidades,
solo
está
de plausibles
aplausos,
solo
no
respira.
Se
ha ido apagando
el
silencio,
resplandeciente,
y en
su esencia
reclama,
de nuevo,
lo
que atrapado
escapó
de sus manos.
El
muerto continúa
observando
doloroso
la
huída
del
que existe
retorciéndose…
domingo, 16 de diciembre de 2012
Mentes divergentes
apenas saciadas de alevosía
rasgando lágrimas
inmáculos trozos fundidos
en estiércol, pálida lumbre infernal.
Difícilmente un recuerdo viene
y va apagándose aquel
susurro mecánico, aquella espina
nauseabundo punto de culminación
Y es que es tan tardío
como inocuo el momento.
Ya aquí esparcimos el instante
llana forma de absorbernos
de mutilarte
apenas saciadas de alevosía
rasgando lágrimas
inmáculos trozos fundidos
en estiércol, pálida lumbre infernal.
Difícilmente un recuerdo viene
y va apagándose aquel
susurro mecánico, aquella espina
nauseabundo punto de culminación
Y es que es tan tardío
como inocuo el momento.
Ya aquí esparcimos el instante
llana forma de absorbernos
de mutilarte
Fugas de oxígeno cacarean al ritmo la pausa
rápida la de aquel que completa y recorre
espantado y diciendo
que es súbito lo que sucede y
va como apaciguando mares
diciendo lo sucedido y fugazmente
encontrado, amainando la dualidad
temporal
con lo meridiano resuelve lo infructuoso
y es que es tan fútil lo hallado
entre escombros
continuando el empedrado de ortigas
la necedad lo persigue allí...
aquí a donde vuelve.
rápida la de aquel que completa y recorre
espantado y diciendo
que es súbito lo que sucede y
va como apaciguando mares
diciendo lo sucedido y fugazmente
encontrado, amainando la dualidad
temporal
con lo meridiano resuelve lo infructuoso
y es que es tan fútil lo hallado
entre escombros
continuando el empedrado de ortigas
la necedad lo persigue allí...
aquí a donde vuelve.
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